¿Por qué no me llamó? Si usted sabía que yo siempre
llego. Si no tenía nada qué hacer. Me caga de verdad. Puta. Estoy que estallo.
Si yo estaba para usted. Hoy no era la excepción. Hubiera salido un rato del
trabajo y la hubiera ido a traer. ¡Puta, Karla! Si para eso soy su hermana. ¿Se
acuerda de cuándo usted era pequeña y no hacía más que lastimarse? ¿Cómo cuando
patinamos con calcetas en el piso encerado, y usted se tropezó con sus pies
torcidos y se hizo una herida que todavía tiene en la boca? ¿Quién llamó a mi
papá? ¿Quién la ayudó a contener la sangre? O cómo cuando se tomó un frasco
completo de medicina. ¿Se acuerda que no le dijimos nada a mi mamá y cuando se
dio cuenta casi me mata, por no cuidarla?
O cuando me preguntó si tenía el pelo más corto y no
me dijo que se lo había cortado con unas tijeras de cocina un día antes de
aquella boda en la que tenía que llevar los anillos. Ese día mis papás me volvieron a hablar sobre
las responsabilidades de ser su hermana mayor. Solo en pendejadas vivía
siempre, y por su culpa, siempre me castigaban. Incluso allí puse la cara por
usted. La odiaba, es cierto, pero siempre estuve allí, ¿o no?
Después siempre le tenía que andar mintiendo a mi mamá
con lo de sus novios, y con lo de las veces que no iba al colegio. ¿Se acuerda
de cuándo fui en lugar de mi papá a recibir su suspensión y se fue a quedar a
mi casa en horas de clase, mientras pasaban los días de colegio que no tenía
que ir y de todas maneras le contaron al abuelo lo que había pasado y no le
dieron dinero y encima le tuve que dar para que saliera hasta que le quitaron
el castigo? Cuando eso pasó, dejé de hablarle a mis papás como dos meses. ¿Eso
no contaba? Y si eso no contaba ¿Acaso no me llamó a las tres de la mañana,
muchas veces llorando, para contarme que había soñado que yo estaba muerta,
porque quería confirmar que no era cierto? ¿Acaso no sabía usted que yo casi no
duermo, y que de todas maneras, así medio muerta, le contestaba y la calmaba
para que estuviera tranquila? ¿Sabrá alguna vez cuánto me molestaba que hiciera
eso?
¿Acaso no le mostré siempre que yo le iba a hacer
ganas en la vida, Karla? ¿Se acuerda de cuando le leía cuentos a usted y a mi
hermano, cuando se acababan de despertar? ¿O cuándo les hacía el desayuno para
que se fueran al colegio con algo en el estómago? ¿Quién putas les lustraba los
zapatos y buscaba sus mierdas de uniformes, Karla? ¿Quién? ¿Acaso mi mamá o mi papá
ponían un dedo para verles sus tareas? El Oscar siempre se las arregló, pero
usted… ¿No usted siempre andaba con que le sobraban números hasta para las
multiplicaciones? ¿No aprendió a sumar conmigo?
Si yo siempre le arreglaba sus cagaderos, ¿por qué
putas no me dijo que se había ido con sus malditos cuates y que había dicho en
la casa que andaba conmigo? ¿Por qué putas agarró ese taxi de regreso? ¿No le
hemos recalcado que a usted siempre la agarran de mula? ¿Que si no le cobran de
más, se quieren pasar de listos? ¿Es que nunca se dio cuenta de lo que decían
las noticias? ¿Por qué no le pidió a sus amigotes que la trajeran de regreso?
Total, ya se habían ido a chupar cómo coches y ya habían pasado un par de días
en aquel pueblito en lo que todo lo que se mira es un lago sobrevalorado.
Total, ya se habían venido de regreso más borrachos que otra cosa para no sé
dónde. Total ya se había quedado a dormir en la casa de no sé quién de sus
caseros. Si ya solo era cuestión de que se cruzara la ciudad para ir a la casa.
Si de todas maneras ya me había metido en sus cosas, ¿qué le costaba avisarme?
¿Por qué no pidió un taxi corporativo, Karla? Yo se lo hubiera pagado. Me
hubiera avisado. Mire cómo está ahora. ¿No vio las noticias en los últimos
meses? ¿No vio que por todos lados dejan patojas violadas y desnudas? ¿No vio
que esos hijos de puta andan en taxi porque así es más fácil “conseguir
víctimas”? Así lo decían en la tele. No puedo creer que mi mamá no la haya
sentado en la sala para que vieran esas mierdas amarillistas.
¿Ahora cómo le digo yo a ella que en lugar de andar
conmigo usted andaba chingando? Cómo le explico que la tienen que venir a traer
a la morgue, Karlita? ¿Cómo le digo que un taxista la dejó tirada y a medio
vestir, y que unas personas que la vieron caer llamaron a los bomberos para
avisar que había un cuerpo en plena calzada?
Llevo una hora tratando de acordarme en qué momento yo no estuve para
usted, y entender por qué no me llamó hoy en la mañana, solo para que la fuera
a traer, y al mismo tiempo, pensando cómo putas voy a poder con el
remordimiento de haber sido su involuntaria tapadera hasta ahorita. Siento que estoy soñando pero es usted quien
tiene cerrados los ojos.
Perdóneme la regañada. Ya sé que ahorita ya no sirve de nada. No se preocupe. Ya veré que le digo a mi mamá de esto.