Si tú hoy levantases las uñas de estos dedos que de lejos te dibujan, encontrarías enterradas entre la melancolía y el polvo de tanto escribirte, letras desde el fondo de lo que hemos sido y retazos tristes de ésta historia nuestra; párrafos completos de una historia que me niego a escribir, porque tendría que ponerle un inicio, y por ende, un punto final...
una historia que no podría cerrarse, por más capítulos y volúmenes que cercenaran sus hojas...
Por eso espero queden bajo la caparazón de mis uñas todas estas palabras que se niegan a volar, y tambien un poco, a soltarte...
aunque, a veces... a veces vuelven a escribirte, a ti... a ese lejano reflejo que a veces brilla en mi voz, que a veces se ahoga en la luz de mis ojos...
tú, el camino que espero...
cuando todo se ha ido...
cuando todo se ha vuelto obscuro y sin salida...
este camino al que vuelvo incluso cuando tu te has ido y tus ojos no marcan más que el saber que me he perdido...
el camino eres tú, aunque la luz de tu aurora, siento que la he perdido hace muchos amaneceres...
Y la brisa de la tarde se ha escondido entre otras noches, o muerto antes de llegar al medio día.
Pero, si buscaras entre las lineas de mi mano los suspiros que no se hicieron nunca palabras, hallarías toda la esperanza que te guardo, y este polvo que me he vuelto, de tanto esperarte y no ser nadie.
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